martes, 14 de junio de 2011

Décimo tercera fecha (14/06/2011)

En esta reunión de nuestro taller exploramos algunas coincidencias entre la música y la poesía, acercándonos al género del yaraví desde la obra del arequipeño Mariano Melgar. Contamos con el valioso aporte de Judith Quinteros y Hans Romaní, investigadores de este género musical y literario, quienes nos ilustraron acerca de las características e historia del yaraví. También nos regalaron sus versiones de dos temas cuyo texto ha sido atribuido a Mariano Melgar, "Delirio" y "El imposible". En el siguiente video podemos verlos interpretar el yaraví "Delirio".



Delirio

(Yaraví de Mariano Melgar)

Dime mi bien hasta cuándo,
Ay! mi dueño,
He de tener que agotar
Mi sufrimiento,
Sin darme consuelo,
Sin darme esperanza,
Sin poder llamarte mía
En algún tiempo!.

Aún la nieve se deshace,
Ay! mi dueño,
Cuando el sol le comunica
Su calor lento,
De mi amor la llama
Ese vivo incendio,
¡Cómo abrasar no ha podido
Su helado pecho!.

Si una sola gota labra,
Ay! mi dueño,
A un pedernal, cuando cae
Siempre en su puesto,
Mi continuo llanto,
Ese llanto eterno,
¡Cómo labrar no ha podido
Tu duro pecho!.

Yo nunca te he sido infiel,
Ay! mi dueño,
Y no hallarás quién te quiera
Con tal extremo.
Siempre te he querido,
Nunca tuve premio,
Y recibí, por fineza,
Tu menosprecio.

***

Manuelcha Prado y Hans Romaní interpretaron el yaraví ayacuchano "Mis glorias".



***

A continuación ofrecemos algunos de los yaravíes compuestos por Mariano Melgar como aparecen publicados en el libro "Poesías de Mariano Melgar", editado con motivo del Primer Festival del Libro Arequipeño, en 1958.


Yaravíes (Mariano Melgar)

viernes, 10 de junio de 2011

Décimo segunda fecha (31/05/2011)


Celebramos esta reunión de nuestro taller rindiéndole homenaje al maestro Ranulfo Fuentes. El gran compositor, poeta y docente se encontraba en Lima dictando un curso de quechua en el Centro Cultural Manuelcha Prado. La producción literaria del maestro Ranulfo abarca distintos medios de expresión, entre los que se incluyen el cuento popular, la poesía y la música tradicional andina. El taller tuvo el honor de contar con la participación de este gran autor y compositor ayacuchano, quien interpretó algunas de sus obras acompañado por las guitarras de Manuelcha Prado, Hans Romaní y Juan Carlos Ticona.




Retablo de Edilberto Jiménez basado en el huayno "El hombre", de Ranulfo Fuentes

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A continuación les ofrecemos por cortesía de Chalena Vásquez el libro "Ranulfo, El Hombre" completamente digitalizado en dos entregas.

Ranulfo, El Hombre (1ra parte)
Ranulfo, El Hombre (2da parte)

Décimo primera fecha (17/05/2011)

Me viene, hay días, una gana ubérrima...
César Vallejo

Me viene, hay días, una gana ubérrima, política,
de querer, de besar al cariño en sus dos rostros,
y me viene de lejos un querer
demostrativo, otro querer amar, de grado o fuerza,
al que me odia, al que rasga su papel, al muchachito,
a la que llora por el que lloraba,
al rey del vino, al esclavo del agua,
al que ocultóse en su ira,
al que suda, al que pasa, al que sacude su persona en mi alma.
Y quiero, por lo tanto, acomodarle
al que me habla, su trenza; sus cabellos, al soldado;
su luz, al grande; su grandeza, al chico.
Quiero planchar directamente
un pañuelo al que no puede llorar
y, cuando estoy triste o me duele la dicha,
remendar a los niños y a los genios.

Quiero ayudar al bueno a ser su poquillo de malo
y me urge estar sentado a la diestra del zurdo, y responder al mudo,
tratando de serle útil
en todo lo que puedo y también quiero muchísimo
lavarle al cojo el pie,
y ayudarle a dormir al tuerto próximo.

¡Ah querer, éste, el mío, éste, el mundial,
interhumano y parroquial, provecto!
Me viene a pelo,
desde el cimiento, desde la ingle pública,
y, viniendo de lejos, da ganas de besarle
la bufanda al cantor,
y al que sufre, besarle en su sartén,
al sordo, en su rumor craneano, impávido;
al que me da lo que olvidé en mi seno,
en su Dante, en su Chaplin, en sus hombros.

Quiero, para terminar,
cuando estoy al borde célebre de la violencia
o lleno de pecho el corazón, querría
ayudar a reír al que sonríe,
ponerle un pajarillo al malvado en plena nuca,
cuidar a los enfermos enfadándolos,
comprarle al vendedor,
ayudarle a matar al matador —cosa terrible—
y quisiera yo ser bueno conmigo
en todo.


Poema en audio: Me viene, hay días, una gana ubérrima... de César Vallejo por César Calvo

jueves, 9 de junio de 2011

Décima fecha (19/04/11)



TELÚRICA Y MAGNÉTICA

¡Mecánica sincera y peruanísima
la del cerro colorado!
¡Suelo teórico y práctico!
¡Surcos inteligentes; ejemplo: el monolito y su cortejo!
¡Papales, cebadales, alfalfares, cosa buena!
¡Cultivos que integra una asombrosa jerarquía de útiles
y que integran con viento los mujidos,
las aguas con su sorda antigüedad!

¡Cuaternarios maíces, de opuestos natalicios,
los oigo por los pies cómo se alejan,
los huelo retomar cuando la tierra
tropieza con la técnica del cielo!
¡Molécula exabrupto! ¡Atomo terso!

¡Oh campos humanos!
¡Solar y nutricia ausencia de la mar,
y sentimiento oceánico de todo!
¡Oh climas encontrados dentro del oro, listos!
¡Oh campo intelectual de cordillera,
con religión, con campo, con patitos!
¡Paquidermos en prosa cuando pasan
y en verso cuando páranse!
¡Roedores que miran con sentimiento judicial en torno!
¡Oh patrióticos asnos de mi vida!
¡Vicuña, descendiente
nacional y graciosa de mi mono!
¡Oh luz que dista apenas un espejo de la sombra,
que es vida con el punto y, con la línea, polvo
y que por eso acato, subiendo por la idea a mi osamenta!

¡Siega en época del dilatado molle,
del farol que colgaron de la sien
y del que descolgaron de la barreta espléndida!
¡Angeles de corral,
aves por un descuido de la cresta!
¡Cuya o cuy para comerlos fritos
con el bravo rocoto de los temples!
(¿Cóndores? ¡Me friegan los cóndores!)
¡Leños cristianos en gracia
al tronco feliz y al tallo competente!
¡Familia de los líquenes,
especies en formación basáltica que yo
respeto
desde este modestísimo papel!
¡Cuatro operaciones, os sustraigo
para salvar al roble y hundirlo en buena ley!
¡Cuestas in infraganti!
¡Auquénidos llorosos, almas mías!
¡Sierra de mi Perú, Perú del mundo,
y Perú al pie del orbe; yo me adhiero!
¡Estrellas matutinas si os aromo
quemando hojas de coca en este cráneo,
y cenitales, si destapo,
de un solo sombrerazo, mis diez templos!
¡Brazo de siembra, bájate, y a pie!

¡Lluvia a base del mediodía,
bajo el techo de tejas donde muerde
la infatigable altura
y la tórtola corta en tres su trino!
¡Rotación de tardes modernas
y finas madrugadas arqueológicas!
¡Indio después del hombre y antes de él!
¡Lo entiendo todo en dos flautas
y me doy a entender en una quena!
¡Y lo demás, me las pelan!...



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